Hay demonios interiores que te obligan a hacer determinadas cosas y demonios exteriores, también llamados amigos, que no te obligan a nada pero te incitan a hacer locuras. Aquí está la mía

sábado, 17 de julio de 2010

Aleluya

Mi enemigo por fin vencido. Delante de mí. Caído, fulminado por un rayo.
¡Aleluya!
¿Y ahora qué hago? No tengo contra quien luchar. Nadie que me pueda hacer sombra.
¿Aleluya?
La soledad no muere y nunca me dejara solo. Contra ella voy a luchar.
Aleluya.

5 comentarios:

  1. ¿Por fin te dejas volver a ver? ¡Aleluya!

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  2. Y mientras tanto probablemente te encuentres con nuevos enemigos.
    Mientras haya contra qué luchar (incluyendo uno mismo, porque eso es en el fondo la soledad) podremos hacernos más fuertes, tendremos un objetivo.

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  3. Con la soledad no se puede, por eso es necesario buscar nuevos enemigos...

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  4. La soledad es una puñetera, por lo menos nos queda el consuelo de que no tiene a nadie...

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