Hay demonios interiores que te obligan a hacer determinadas cosas y demonios exteriores, también llamados amigos, que no te obligan a nada pero te incitan a hacer locuras. Aquí está la mía

jueves, 19 de marzo de 2009

D.E.P.

El dilema es qué escribir y cómo. Nunca fuimos íntimos, ni siquiera nos podíamos denominar amigos, éramos solo compañeros. Compartimos instituto durante cuatro años. Nunca nos contábamos nuestros secretos ni nuestras penas pero cada vez que cruzábamos una palabra era entre risas, nos reíamos de cualquier problema, cosa de la edad. Nos reíamos de los que lloraban porque un examen les había salido mal, de los que estaban nerviosos porque habían estudiado poco, de los que escribían chuletas desesperadamente para tratar de aprobar. En fin avanzamos cada uno por su lado. Sin molestar a nadie. Pero quien me iba a decir a mi que ahora el que llora soy yo. Y eso que nunca fuimos amigos solo compañeros, pero muy buenos. Aún recuerdo esa llamada de Samuel a las doce de la noche y se me erizan los vellos. Hoy pasados cuatro días de aquel fatídico día en que decidiste abandonarnos sin previo aviso he podido sacar las fuerzas justas para escribirte. Ya no estás entre nosotros pero para mí siempre serás ese compañero con el que echar unas risas, aunque sea en la eternidad. Un abrazo Vime.

Rafa.

2 comentarios:

  1. Un texto razonablemente triste.
    Transmites mucho de ese desconcierto y esa tristeza...

    Lo siento.

    Si necesitas hablar, ya sabes dónde encontrarme.

    Un beso y un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Cuando usted quiera vuelve a escribir y a dar señales de vida ;)

    ResponderEliminar