Hay demonios interiores que te obligan a hacer determinadas cosas y demonios exteriores, también llamados amigos, que no te obligan a nada pero te incitan a hacer locuras. Aquí está la mía

viernes, 22 de marzo de 2019

Y allí estaba yo


Y allí estaba yo mientras llovían balas de todos lados. Y mi única obsesión era llegar al final del pasillo para proteger lo más valioso de aquel lugar. Ella.


Y allí estaba yo delante de aquella maldita puerta que por más que empujara no cedía. Dentro se escuchaban gritos de pavor y alguien pidiendo ayuda. La voz dulce y aterciopelada, aun gritando, era inconfundible. Era ella.

Y allí estaba yo echando la puerta abajo y mirando a los ojos a la única persona por la que sería capaz de dar mi vida. Le agarré la mano y le juré por lo más sagrado que saldría de allí con vida. Sonrió y supe que todo saldría bien, incluso para ella.

Y allí estaba yo en el cementerio viendo un ataúd entrando en su nicho. Acompañado únicamente por una persona. Ella.

Y allí estaba yo siendo un espectro al lado de lo único que me importaba en mi antigua vida. Ella.

Relato seleccionado para su publicación en el III certamen literario Ediciones Negras.
https://edicionesnegras.wordpress.com/2019/03/18/susurros-iii/
                                            Ilustración de Joseph Xavier Boniface, 1861

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