Hay demonios interiores que te obligan a hacer determinadas cosas y demonios exteriores, también llamados amigos, que no te obligan a nada pero te incitan a hacer locuras. Aquí está la mía

viernes, 3 de octubre de 2008

La libertad

Miraba al suelo desde la ventana y se imaginaba la sensación de dejarse caer al vacío, después cerraba los ojos y se agarraba al marco como si la vida le fuera en ello, como queriendo coger impulso. El por qué nadie lo sabía, todos lo tomaban por loco o por enfermo. Intentaron curarle pero nada funcionó, ni la hipnosis, ni la automedicación, ni las clases de autoayuda, todo había sido en balde, seguía siendo un incomprendido. Pasaron los años y se fue quedando solo, sus padres murieron, sus hermanos le renegaron y ningún pariente ni lejano ni cercano se quiso hacer cargo de él. Entonces cuando ya no quedaba nadie dejó de hacerlo, salió a la calle y miró a su alrededor, por primera vez en su vida lo veía todo desde otro prisma, ya no tenía ninguna atadura ni moral (lo tachaban de loco), ni social (no tenía a nadie), ni laboral (no trabajaba), lo único que le quedaba era su existencia y en ese momento rodeado de libertad y despojado de deber u obligación alguna que cumplir, en ese momento fue cuando empezó a vivir, comprendiendo lo que es la vida, amando su existencia.

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