Mi enemigo por fin vencido. Delante de mí. Caído, fulminado por un rayo.
¡Aleluya!
¿Y ahora qué hago? No tengo contra quien luchar. Nadie que me pueda hacer sombra.
¿Aleluya?
La soledad no muere y nunca me dejara solo. Contra ella voy a luchar.
Aleluya.